martes, 29 de noviembre de 2016

Estuches vacíos

Apenas estamos en noviembre y las actividades llenan nuestros días y nuestras agendas. Entre festejos revolucionarios con desfiles y bailables, bodas, baby showers, ensayos, pasteles que hacer, cantatas, cenas, graduaciones y un sin fin de cosas, estamos  llenos de actividades y a los días pareciera que les faltan horas. La realidad al menos en mi vida y trajinar, es que no aprovecho bien las 24 que tengo, o mis prioridades están algo volteadas y muchas veces por atender lo "urgente" desatiendo lo importante.
En mis años de secundaria, tuve una clase llamada educación artística, y la clave para aprobar esa materia estaba en la flauta, y no tanto en saber tocar el carnavalito o el condor pasa, sino  en que cada día que el maestro pasaba lista al iniciar la clase,  el alumno trajera la flauta, ese era casi casi tu pase de año. Las flautas venían en un estuche de plástico, y cuando el maestro mencionaba tus dos apellidos levantaba su mirada para ver que tu levantaras en alto la flauta y así ponerte tu respectivo punto del día. Había alumnos que a veces olvidaban su flauta, pero como  querían su punto para aprobar, lo que hacían era conseguir con alguien el estuche VACÍO, así que un jovencito mostraba la flauta y otro sólo el estuche, y el maestro era engañado, y el jovencito tenía su punto a base de una mentira.
El activismo que enfrentamos día a día, en ocasiones nos hace olvidarnos de lo importante, o lo prioritario. Por "servir" a Dios, a veces nos olvidamos de ese Dios al que servimos, parece broma, pero es verdad, entre ensayos, reuniones para planear, oraciones (en publico), cantatas, programas, etc, etc, etc... por cansancio o por tener las 24 horas repletas de actividades, Aquel por el cual "hacemos todo" queda a un lado :( el tiempo a solas con El es cambiado oor activudades, la oracion privada se cambia por eventos,es como si olvidamos nuestra flauta pero para salir del apuro presentamos nuestro estuche VACÍO, llegamos a servir a Dios sólo con el estuche, sin nada por dentro. Y así como en clase el maestro veía el estuche pero no sabia que estaba vacío, la gente nos ve hacer lo que "sabemos" hacer, y pueden ser engañados (no siempre), pero Dios no, El sabe perfectamente como estamos.
En la parábola de las 10 vírgenes, TODAS, las 10  tenían sus lámparas, pero las insensatas estaban preparadas a medias, les faltaba lo más importantes, el aceite.
Nuestro servicio a Dios puede estar incompleto, podemos estar preparados a medias, tenemos ensayos, predicaciones llenas de puntos, tenemos campamentos con mil actividades, tenemos reuniones planeadas para todo el año, actividades, actividades y mas actividades, y podemos convertirnos en recipientes vacíos, lámparas sin aceite o estuches sin flauta :(
Estamos a tiempo de reorganizar nuestro tiempo, los días siguen teniendo 24 horas, solo debemos organizar prioridades.... y como decía un maestro en la  universidad cuando nos quejábamos de que no nos alcanzaba el tiempo para las tareas de todas las materias: DE 12 de media noche  a 6 de la mañana no tienen nada que hacer, usen ese tiempo.
 Jesús eso hacia.

"A la mañana siguiente, ANTES del amanecer, Jesús se levantó y fue a un lugar aislado para orar"
Marcos 1:35 NTV

viernes, 11 de noviembre de 2016

Mi "fe" en un pedazo de tierra

La Fe,¿qué es la fe?, la mayoría con facilidad citaríamos Hebreos 11:1, que dice que la Fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que NO SE VE. Muchas veces me he jactado de tener fe en cierta área, creer que lo que AÚN NO VEO vendrá, pero hoy Dios me mostró algo, me hizo ver que en muchas áreas de mi vida, mi "FE" esta fundamentada en algo que si veo, en algo que humanamente me hace confiar, es decir, en algunas cosas mi "FE"  no está en Dios precisamente, sino en un AS que tengo por ahi debajo de la manga, con mis labios digo: Si Dios confío en queTÚ LO HARÁS, pero en realidad confío en algo terrenal. ¿Cómo es que Dios me mostró eso?, ahí va la historia.
Algunos de ustedes amados lectores saben que mi esposo y yo tenemos un terreno en las afueras de la ciudad, un terreno que por gusto no queremos vender, pero lo pusimos en venta hace algunos años con la idea de tener dinero para compranos un terreno en la ciudad y hacernos ahi una casa o ya con más fe, comprarnos la casa. Casi todos los días oramos parar que podamos vender el terreno y llevar a cabo nuestro hermoso plan en el que yo personalmente me imagino a mis hijos corriendo en el gran patio de la mansión Osoria tras su mascota, casi en cámara lenta veo el cabello de Leea volando por los aires al perseguir a Toofy (el perrito que aún no tienen pero que ya tiene nombre ).
Pues hoy como a eso de las 2 am, no me levante a orar ni nada por el estilo, simplemente desperté y Dios me paso esto por la mente: ¿Qué pasaría si perdieras ese terreno? ¿seguirías creyendo en mi? ¿Seguirías pensando que yo te daría una casa? ¿Seguirías teniendo la misma fe?, esas preguntas junto con otras mas me empezaron a perturbar y mi fe empezó a desmoronarse, como  si yo hubiera quitado una pieza de jenga y PUM se caen todas, así  empecé a ver mi casa muy muy lejana.... y me entristecí, más que por no tener casa,  por darme cuenta de en quien o mas bien en que estaba yo confiando.
Si, eso me hizo ver Dios, yo estaba confiando en el terreno, mi confianza y mi fe provenían de una venta, no de Dios, mi paz y esperanza venían de "cuando vendamos el terreno", no de el Dios que formó al hombre con un puñito de tierra del primer terreno de la historia, mi socorro venía de un pedazo de tierra y de un comprador adinerado y no de Jehová que hizo los cielos y la tierra. Era como si Dios me hubiera puesto en un espejo para ver mi realidad.
Yo hablo de una casa y un terreno, pero en tu historia puede ser que tu esperanza este en una jubilación para una vejez "tranquila", o en  un centro de rehabilitación, o en  firmar un contrato por 20 años en tu trabajo, o en un  tratamiento de fertilidad, o en cualquier cosa antes que en Dios, no  se si tu fe como la mía está cimentada en el medio que Dios puede usar en lugar de en Dios mismo.
Dice el Salmo 121:1 ,
 "Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? , mi socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra".
Así que nuestro socorro no viene ni del presidente, ni de la pensión, ni del banco, ni del médico, ni de la medicina, ni de ninguna cosa creada, nuestro socorro viene de Jehová y El sabrá que medio usar.
Pongamos nuestros ojos en el autor de la fe y recordemos que El es bueno.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Nublado o soleado los niños disfrutan

Borrando fotos viejas   encontré esta, es de un atardecer medio nublado y algo frío, pero en la playa,  Leea y Maty disfrutando ese día, me hizo pensar en cómo los niños saben disfrutar lo mucho y lo poco, no era CanCún ni Hawaii, el clima no era  mega playero, pero ellos igual estaban felices! Disfrutando al máximo lo que estaba a su alcance, lo que  tenían en el momento, la oportunidad que tenían :) y me  recordaron a Pablo que había aprendido a estar contento cualquiera que fuera su situación, y así son los niños :D por algo Jesús dijo que fuéramos como ellos. Así que si para hoy  esperamos un día soleado pero llueve, disfrutemoslo igual y si es necesario cambiar de plan pues adelante en vez de ir a la playa, hagamos galletas  en casa :D